No son los bancos de escuela, los que asustan a los niños.
Son los gorriones, los del pantano, los que los acechan.
Y no es el viento lo que te pido me regales,
Sino tus malestares,
Tus deseos ahogados en la tempestad de tus mares.
Tampoco necesito tu tiempo,
Porque bastante pena me ha causado el mío, como para adueñarme del tuyo.
Quiero ser dueña de la bicicleta que nunca salio de la vidriera,
De tus chocolates derretidos
Y de los cucos que todavía no te dejan dormir.
Quiero ser una con tus pasos,
Frustrados o valientes,
Pesados o como brisa,
Con gusto a limón o a miel…
Pero dame tus pasos
Y caminame hasta el sol.
Son los gorriones, los del pantano, los que los acechan.
Y no es el viento lo que te pido me regales,
Sino tus malestares,
Tus deseos ahogados en la tempestad de tus mares.
Tampoco necesito tu tiempo,
Porque bastante pena me ha causado el mío, como para adueñarme del tuyo.
Quiero ser dueña de la bicicleta que nunca salio de la vidriera,
De tus chocolates derretidos
Y de los cucos que todavía no te dejan dormir.
Quiero ser una con tus pasos,
Frustrados o valientes,
Pesados o como brisa,
Con gusto a limón o a miel…
Pero dame tus pasos
Y caminame hasta el sol.
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