lunes, 9 de mayo de 2011

No I`m not five


Como te digo que me avergüenza decirte lo que te quisiera decir
Como decirte que todavía no escribo tu nombre porque me da vergüenza
Sos nuevito como cuaderno recién comprado
No sé si te quiero o si me das cosquillas
No sé si te miro o me resonás todo el tiempo
Te pienso, te pienso, te pienso y me da dolor de panza

Y la vergüenza también se me extiende a pensar en pensarte
Pensarte y si me acerco te tocaría con un dedito
Aunque ya sé que sos de verdad
De verdad y sincero, leal y nada grosero
Te quiero o no te quiero
Te quiero y nada mas veo

No I`m not five


Como te digo que me avergüenza decirte lo que te quisiera decir
Como decirte que todavía no escribo tu nombre porque me da vergüenza
Sos nuevito como cuaderno recién comprado
No sé si te quiero o si me das cosquillas
No sé si te miro o me resonás todo el tiempo
Te pienso, te pienso, te pienso y me da dolor de panza

Y la vergüenza también se me extiende a pensar en pensarte
Pensarte y si me acerco te tocaría con un dedito
Aunque ya sé que sos de verdad
De verdad y sincero, leal y nada grosero
Te quiero o no te quiero
Te quiero y nada mas veo

jueves, 5 de mayo de 2011

Credo, de Aquiles Nazoa


Creo en Pablo Picasso, Todopoderoso, Creador del Cielo y de la Tierra;

creo en Charly Chaplin, hijo de las violetas y de los ratones,

que fue crucificado, muerto y sepultado por el tiempo,

pero que cada día resucita en el corazón de los hombres,

creo en el amor y en el arte como vías hacia el disfrute de la vida perdurable,

creo en el amolador que vive de fabricar estrellas de oro con su rueda maravillosa,

creo en la cualidad aérea del ser humano,

configurada en el recuerdo de Isadora Duncan abatiéndose

como una purísima paloma herida bajo el cielo del mediterráneo;

creo en las monedas de chocolate que atesoro secretamente

debajo de la almohada de mi niñez;

creo en la fábula de Orfeo, creo en el sortilegio de la música,

yo que en las horas de mi angustia vi al conjuro de la Pavana de Fauré,

salir liberada y radiante de la dulce Eurídice del infierno de mi alma,

creo en Rainer María Rilke, héroe de la lucha del hombre por la belleza,

que sacrificó su vida por el acto de cortar una rosa para una mujer,

creo en las flores que brotaron del cadáver adolescente de Ofelia,

creo en el llanto silencioso de Aquiles frente al mar;

creo en un barco esbelto y distantísimo

que salió hace un siglo al encuentro de la aurora;

su capitán Lord Byron, al cinto la espada de los arcángeles,

junto a sus sienes un resplandor de estrellas,

creo en el perro de Ulises,

en el gato risueño de Alicia en el país de las maravillas,

en el loro de Robinson Crusoe,

creo en los ratoncitos que tiraron del coche de la Cenicienta,

en Beralfiro el caballo de Rolando,

y en las abejas que laboran en su colmena dentro del corazón de Martín Tinajero,

creo en la amistad como el invento más bello del hombre,

creo en los poderes creadores del pueblo,

creo en la poesía y en fin,

creo en mí mismo, puesto que sé que alguien me ama.

Credo, de Aquiles Nazoa


Creo en Pablo Picasso, Todopoderoso, Creador del Cielo y de la Tierra;

creo en Charly Chaplin, hijo de las violetas y de los ratones,

que fue crucificado, muerto y sepultado por el tiempo,

pero que cada día resucita en el corazón de los hombres,

creo en el amor y en el arte como vías hacia el disfrute de la vida perdurable,

creo en el amolador que vive de fabricar estrellas de oro con su rueda maravillosa,

creo en la cualidad aérea del ser humano,

configurada en el recuerdo de Isadora Duncan abatiéndose

como una purísima paloma herida bajo el cielo del mediterráneo;

creo en las monedas de chocolate que atesoro secretamente

debajo de la almohada de mi niñez;

creo en la fábula de Orfeo, creo en el sortilegio de la música,

yo que en las horas de mi angustia vi al conjuro de la Pavana de Fauré,

salir liberada y radiante de la dulce Eurídice del infierno de mi alma,

creo en Rainer María Rilke, héroe de la lucha del hombre por la belleza,

que sacrificó su vida por el acto de cortar una rosa para una mujer,

creo en las flores que brotaron del cadáver adolescente de Ofelia,

creo en el llanto silencioso de Aquiles frente al mar;

creo en un barco esbelto y distantísimo

que salió hace un siglo al encuentro de la aurora;

su capitán Lord Byron, al cinto la espada de los arcángeles,

junto a sus sienes un resplandor de estrellas,

creo en el perro de Ulises,

en el gato risueño de Alicia en el país de las maravillas,

en el loro de Robinson Crusoe,

creo en los ratoncitos que tiraron del coche de la Cenicienta,

en Beralfiro el caballo de Rolando,

y en las abejas que laboran en su colmena dentro del corazón de Martín Tinajero,

creo en la amistad como el invento más bello del hombre,

creo en los poderes creadores del pueblo,

creo en la poesía y en fin,

creo en mí mismo, puesto que sé que alguien me ama.

El lujo del encuentro

Dejemos de ser dos humanos, para ser dos almas Dejemos los cuerpos, fusionemos en solo uno Dejemos también el tiempo, sé mi eterno instante ...