martes, 23 de junio de 2015

Verbo amar elemento agua, (in) fluir



Confía, y elévate por encima


De repente en un mismo día siento de todo. No me pasa absolutamente nada y también me pasa que me siento la mujer más feliz y afortunada del planeta y me juro a mí misma y a quien sea que las conozco a todas y que ninguna es tan dichosa como yo. De repente la alegría me rebalsa el corazón y como embalse mal hecho se me derrama en lágrimas y el cielo se me cae encima. ¿Cómo fue que sucedió? ¿Cómo es que soy la misma, o estás dos anatemas, las que minuto a minuto ponen a juego mi sistema de creencias? ¿Es un palo en la rueda lo que yo busco o es unificarme en una gloria pacifica que me adelante a las preguntas de mi cerebro? ¿Son estas preguntas descargas eléctricas automáticas de mi sistema léxico o realmente estoy, aquí y ahora, aprehendiendo algo decisivo para mi futuro moral y mortal?

Entiendo que es absurdo preguntarme tantas preguntas así como absurdo es el uso de la palabra pregunta en esta oración que escribo sobre ellas, las preguntas. ¿Enemigas o compañeras fieles de este ser que forjo a existir en plenitud? ¿Realmente he sido tan habilidosa para escaparme de la felicidad o fue necesario el camino para llegar a la paz? Y si realmente llegué, y si realmente esta es mi cúspide y somos de este mismo planeta… ¿Por qué es que hoy aún existen las preguntas? ¿Puedo ser yo tan incompleta? ¿O así como soy, soy creación perfecta del Dios divino en el que creo (de creer y crear)?


Tengo una casa y dentro de esa casa las botas más lindas de la temporada, en mi talle y color, mías. Soy plena y abundante. Tengo todas las posesiones materiales que podría querer, y las espirituales también. Tengo amigos de 60 años con los que me reúno una vez a la semana para darles clases de Inglés, eso creen ellos, mientras  yo voy a chuparme su sabiduría y poner mi lengua entre sus arrugas para sentir todo en uno: lo ácido y lo dulce de esta vida de la que intento armarme una buena versión. Hablábamos de habilidades con el cartel de aprender el verbo CAN. ¿Es amar o succionar nuestra habilidad más intrínseca? ¿Cuánto me limita el vacío léxico cuando entre AMAR y QUERER (succionar, poseer) tengo que decidirme siempre en LOVE? Si yo te quiero, "como se quiere a un lemon pie" dijo Rita, te succiono y te chupo porque quiero que seas parte mía, que andes por acá cerca y no se te ocurra decepcionar mis creencias. ¿ Y si durante los próximos minutos te amo y luego decido soltarte como se suelta, con dolor y con alivio, un vómito de una comida deliciosa que no estoy lista para digerir? Si solo te veo, te acepto, te tomo y te comparto pleno al mundo que está también mirándote girar y espera tu respuesta, que es grande. ¿ Es ese el palo en la rueda que detiene la inundación de preguntas o la gota que derrama mi embalse de dos manos que se me vacían?




el mismisimo palo en la rueda fotografiado por un desconocido en una exposición de fotografias de desconocidos en el British Museum

https://www.youtube.com/watch?v=Hv3jQ0LfPgI






Estoy aquí cantando, el viento me lleva,
estoy siguiendo las pisadas de aquellos que se fueron
Se me ha permitido venir a la montaña del poder
He llegado a la gran cordillera del cielo,
camino hacia la casa del cielo
El poder de aquellos que se fueron vuelve a mí
Yo entro en la casa de la gran cordillera del cielo
Los del infinito me han hablado.


la traductora es Anne Chapman en Fin del mundo: los seknam de Tierra del Fuego, 2002


WE TRIPANTU





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